Esmeralda Perfecta...(Taller)
“Morir actuando para ellos sería la más hermosa de
las muertes”, ese es el titular que a bombo y platillo se leyó en todos los
diarios. Los incrédulos divagaron sobre la forma de llamar la atención de ésta
adorada y a la vez criticada diva.
La mano en el pecho era para ella la señal más
profunda de agradecimiento y cariño; una mano rebosante de serenidad, algo
temblorosa y marcada por el inagotable hacer del tiempo. Sin remedio.
Sus más allegados le habían repetido una y otra vez
que se alejase, que olvidara, pero su memoria estaba intacta, recordaba todo.
No quería fallarse a sí misma. Cada vez mas necesitaba apoyar sobre sus labios,
aquel pañuelo negro que disimulaba el horror, la enfermedad; esa acción
cotidiana la estorbaba, no sabía en qué momento inicio este periplo, pero era
tan cotidiano como aburrido. No quería hacerlo más. Muerte.
Entrega.
Aquel lugar de historias mentirosas, de cantos
inolvidables, de comedias, tragicomedias, de un ir y venir; había abierto sus
puertas a un público expectante, ansioso y sabio, no quedaban muchas
actuaciones, todos lo sabían incluso Esmeralda Perfecta.
Maquillada; con su extravagante, selecto y colorido
vestido, subió las escaleras del escenario ante la atenta mirada de todos. Cada
peldaño, soportaba un adiós. Con la boca entre abierta buscaba el aire de la
vida, se estaba ahogando…Debía llegar, se lo merecía, había sacrificado todo en
su vida para obtener el éxito y la fama del que otras se apearon hacía más de
veinte años, unas por no valer, y otras por él…
Levantó la mirada y su eterno amante de juventud, le
ofrecía la mano para alcanzar la meta. Le volvió a amar por última vez.
Desencajada.
El rojo telón se abrió lentamente como ella había
pedido, sin música, sin decorados, tan sólo la luz blanca de un foco que la
mostrase tal como era.
El público se removía en su butaca hasta alcanzar a
ver su aún hermosa figura, -se había preocupado de no cambiar de la talla 40-.
Arropada simplemente por un pie de micro, comenzó a cantar. La melodía era
conocida para todos. Tosió enérgicamente, abrazada a su pañuelo.
Un admirador se levanto y la ayudó con la letra, a
él le siguieron todos. Esmeralda lo había conseguido.
Todo, en aquel momento
era sublime. Levantó su brazo, en lo que parecía un balanceo armonioso, y se
dejó caer.
La muerte para Esmeralda fue Perfecta."
Mónica Solís.Mil Besos
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Gracias por leerme