Crónicas Colegiales; Cumpleaños Feliz, el mejor regalo!!!!!!

                                                  


Esto de cumplir años siempre me ha encantado, no sé si se debe a qué en mí casa era motivo de grandes celebraciones o porque siempre me sentí especial, siempre ese día fue el primero que conocí claro está a mí madre.
Mi abuela siempre decía que  cumplir años servía para ser mejor y más sabia, y para esperar de ese año buenas nuevas...
Pues con esa premisa he esperado el 21 de abril, todo mi vida, como agua de Mayo, nunca mejor dicho ya que siempre, siempre ha llovido en mi cumple, por eso a veces lo celebraba con una gran fiesta en verano en la aldea de mi familia materna-recuerdo más de uno pero sólo tengo fotos de uno de ellos- donde de más niña, tenía a mis mejores amigos-bueno y ahora nos queremos mucho a que sí!-, Susana, Celia, José Ramón, y Daniel.
Recuerdo uno especialmente en el que nos juntamos muchos en la casa del pueblo pero ahí estábamos, yo con las coletas, comiendo de todo, la empanada brutal que hacía mi madre, de carne buenísima, bocadillos-para nuestro tamaño,claro- y mucha cocacola... mucho juego y lo mejor de postre pitillos de chocolate que así parecíamos a los mayores... ¡qué tiempos aquellos!
Ahora tu hijo no es nadie si no se va a un come-hamburguesas por lo menos, supongo que con los años picaré lógicamente, o a lo mejor tengo suerte y le gusta otra cosina, a ver¡¡¡.
¿Dónde se queda aquella idea de hacerlo en casa?. La familia, los amigos de los papis, y alguno tuyo, los primos, el hijo de la vecina, y luego a jugar todos en el descansillo de tu piso.
Antes todos los hijos eran de todos los vecinos, ahora, fíate tú de tu vecino...
No me cabe en la cabeza, que un niño de 2, 3,años celebre en una cafetería o demás su cumple...aunque come se dice, ca un ye ca un!!!!
En el cole no pasaba gran cosa, coincidían dos cumples más ese día  los de Genma y Noemí, dos hermanas gemelas que además tenían su origen materno en el mismo concejo que el de mi madre, Salas; ese día podías llevar caramelos, para repartir en clase, mis preferidos eran los de toffe, ese chocolate con el caramelo blandito, estaban riquísimos¡¡¡¡ así que dábamos a toda la clase dos caramelos por cabeza un total de 6 por persona ese día¡¡¡¡ Al entrar en clase le decías a la seño, que era tú cumple y ella te dejaría 10 minutos antes del recreo repartir las chuches, pero... si realmente me gustaba ese día es porque al llegar a casa tenía regalinos¡
Uno de tantos que recuerdo es uno que me hizo tatá, un mini radiocasette con micrófono, lo aluciné todo! Era lo más de lo más por aquella época; empecé como una loca a grabarme cantando-sí, era otra faceta mía, entre varias cosas que quería ser lo de cantante no estaba mal, más folklórica que salí-, a escucharme, gasté más cintas en un mes que en todos los años de curro, claro yo en casina no tenía un aparato de esos que las borrara y dejase como nuevas, si quería tener una cinta nuevamente virgen tenía que ponerla dentro del armario con el rec y play apretado para se grabara silencio encima, que apañadina era, leches!
Ahora, me parece que tenemos todos tanto que no apreciamos las pequeñas cosas¡¡¡
Ya estoy dando la bienvenida a los cuarenta, en la flor de la vida como diría mi abuela... No sé si en la flor o en el capullo, ahora sólo sé que de esta década, de mi década de los cuarenta, esperaré todo¡¡

Mil besinos