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Mostrando entradas de abril, 2011

Crónicas Colegiales; Cumpleaños Feliz, el mejor regalo!!!!!!

                                                    Esto de cumplir años siempre me ha encantado, no sé si se debe a qué en mí casa era motivo de grandes celebraciones o porque siempre me sentí especial, siempre ese día fue el primero que conocí claro está a mí madre. Mi abuela siempre decía que  cumplir años servía para ser mejor y más sabia, y para esperar de ese año buenas nuevas... Pues con esa premisa he esperado el 21 de abril, todo mi vida, como agua de Mayo, nunca mejor dicho ya que siempre, siempre ha llovido en mi cumple, por eso a veces lo celebraba con una gran fiesta en verano en la aldea de mi familia materna-recuerdo más de uno pero sólo tengo fotos de uno de ellos- donde de más niña, tenía a mis me...

Crónicas Colegiales: Quiero ser mayor¡

                                                        Durante unos años en los colegios con esto de las políticas nuevas educativas -en aquellos años claro, ahora sigue habiendo demasiadas políticas para todo- para conocer al alumnado, se dedicaban a realizar diferentes pruebas de razonamiento. Los famosos test de inteligencia, que hoy por hoy a alguno seguro que lo recuerda con un entrañable afecto y odio. Rondaría yo los 11 añitos, cuando lógicamente se realizó en mí colegio. A mí me llamó poderosamente la atención porque no tenía ni idea de que iba la cosa, pero me gustaba la idea de no tener clase en una mañana, la que tocara, pues así tampoco sufriría con mi asignatura preferida. Recuerdo que para llegar al despacho de  psicóloga/o -no le pongo cara- había que subir un montón de escaleras, que yo subí descaradame...

Crónicas Colegiales: La pantera Rosa y Tejero

                                 Hace 30 años ya que pasó¡ Tenía nueve años, me faltaba poco para los diez de aquella cumplir años era algo que se esperaba con anhelo. No me lo puedo creer, pero aquel día lo tengo-me imagino que todos- imborrable en mi cajón de recuerdos. No fui al cole porque desde muy pequeña sufrí de fortísimos dolores de oídos, y ese día amanecí con mucha fiebre; con el tiempo y gracias a que mami era muy insistente, acabé en una consulta privada de un otorrinolaringólogo-que bien me sale, decirlo y por supuesto escribirlo-, y descubrió cuál detective, una piedrecita muy párvula pero muy cabrona dentro de mi oreja-oído, que lógicamente me producía demasiados dolores, me la quitó y Santas Pascuas. Así que desde muy tempranito, disfruté de una jornada de relax, mimos de mi güelina, tele, más jornada...