¡ Nada !
Lento pero firme apoyaba su alma en aquel bastón asegurando así sus pasos inútiles como él decía... A pocos lugares le llevaban ya o si acaso le acercaban más a su destino.
Una vida sólo es un ciclo justo o injusto pero cierto, todo tiene un límite una barrera a la que intentas llegar con todo cerrado, con todo bien hecho, al menos si eres un buen hombre...
A pocos lugares le apetecía ir ya, siempre se sintió seguro, ágil, valiente, pero ahora sólo era capaz de acurrucarse en aquel banco desmigando sus recuerdos, inhalando bocanadas de invierno el más fresco que había sentido nunca.
Peinaba sus canas una y otra vez frente al espejo y no se lo creía. ¡Qué rápido había pasado todo!
Había llevado una vida plena, trabajo digno, familia amable, amigos inseparables, pero la vejez te deja sequedad de recursos, unos se van, otros caen en las redes del olvido, y los que llegan no te da tiempo a saborearlos.
Todos los días intentaba recordar y reírse, reirse acompañado por esa brisa que le calaba hasta el alma, solo, un instante, dibujaba una mueca alargada en su cara enforzándose por mantenerla pero se iba...
Lamentaba el poco tiempo que tenía, lloraba, sabiendo que ya se le iba, que no la podía retener, que su esfuerzo era en vano por que las garras de ella eran impacables.
En nada ya no tendría nada más que su cuerpo aunque nada sabría hacer con él... su vida se iría irremediablemente de su memoría, el olvido y la nada sería su vacío eterno.
Mil besos¡
Una vida sólo es un ciclo justo o injusto pero cierto, todo tiene un límite una barrera a la que intentas llegar con todo cerrado, con todo bien hecho, al menos si eres un buen hombre...
Peinaba sus canas una y otra vez frente al espejo y no se lo creía. ¡Qué rápido había pasado todo!
Había llevado una vida plena, trabajo digno, familia amable, amigos inseparables, pero la vejez te deja sequedad de recursos, unos se van, otros caen en las redes del olvido, y los que llegan no te da tiempo a saborearlos.
Todos los días intentaba recordar y reírse, reirse acompañado por esa brisa que le calaba hasta el alma, solo, un instante, dibujaba una mueca alargada en su cara enforzándose por mantenerla pero se iba...
Lamentaba el poco tiempo que tenía, lloraba, sabiendo que ya se le iba, que no la podía retener, que su esfuerzo era en vano por que las garras de ella eran impacables.
En nada ya no tendría nada más que su cuerpo aunque nada sabría hacer con él... su vida se iría irremediablemente de su memoría, el olvido y la nada sería su vacío eterno.
Mil besos¡
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por leerme